Yebra
Es cierto que este rincón se encuentra un poco apartado de los lugares más céntricos o turísticos, pero si hace falta coger un taxi hasta su puerta con tal de probar sus exquisiteces, de verdad que merece la pena. El contraste entre sus camareros vestidos con pajarita y las mesas y sillas de metal (de las de las terrazas de los bares más típicos, vamos) son parte de la originalidad del lugar. Las paredes están repletas de recortes de periódicos y revistas en las que han escrito sobre ellos. Y, en el espacio que sobra, cuelgan pizarras con los platos que se ofertan.
SUGERENCIAS: ajoblanco con trocitos de vieira y setas ycrepe de bacalao con salsa holandesa
c/ Medalla Milagrosa, 3
Junto a la Ronda de Capuchinos, cerca de la Cruz Roja